Uno de los aceites más valorado mundialmente en la gastronomía es el aceite de oliva. Pero no sólo en gastronomía es apreciado,sino también en cosmética, y es que no son pocos los beneficios que el aceite de oliva puede aportar a nuestra piel.
La primera crema hidratante de la historia fue inventada por un médico turco, Claudio Galeno (129-199 d.C.), consistente en una mezcla de aceite de oliva con agua y cera de abejas. Esta crema es conocida como “Cerato de Galeno”
Es saponificable en un 98 – 99% del total de su peso, parte formada por los triglicéridos, los fosfolípidos y, los ácidos grasos como el ácido oléico, ácido linoléico, ácido linolénico, ácido palmítico, ácido esteárico, y ácido palmitoléico.
El resto, alrededor de un 1,5 % de su peso es insaponificable. Esta parte está formada por hidrocarburos, alcoholes, esteroles, tocoferoles y escualeno vegetal.
Todos estos componentes son los que confieren al aceite de oliva su acción hidratante, tonificante, reafirmante, suavizante, antioxidante y regeneradora de las membranas celulares de la piel.
Además, este aceite nos permite elaborar uno de los mejores jabones del mundo, el denominado “jabón de Castilla”, un jabón con poca espuma, muy suave y perfecto para todo tipo de pieles, especialmente las delicadas.
¿Se le puede pedir algo más al aceite de oliva?
No se puede pedir más, es perfecto.
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